Los 4 principios que distinguen la Práctica Integral de Vida (PIV) de otras prácticas son:

1. Vemos el Ser Humano desde una perspectiva integral

Para tener una “Vida Feliz” se tiene que hacer unas prácticas apropiadas que abarquen toda nuestra integridad. 

Los seres humanos estamos constituidos e influenciados por varias dimensiones, como el corporal, emocional, mental, identidad testigo y entorno, que están interconectadas creando un sistema complejo. Por lo que se requiere una “Práctica Integral” orientada al crecimiento, equilibrio y despertar de las personas. Buscamos conectar el sustento profesional, con las pasión personales y con el significado de nuestra vida. 

Nos apoyamos en gran medida en los estudios e investigaciones de Ken Wilber, que ha sido un gran aglutinador y propulsor de la visión integral.

2. Una vida integral incluye la aceptación del malestar natural

Se tiene la concepción que cree que “para ser feliz se tiene que tener una vida libre de malestar”. Esta falsa concepción conduce a mucho sufrimiento. Hasta que no nos demos cuenta que nuestros intentos de controlar el malestar, además de no ser efectivos a largo plazo, nos alejan de nuestros valores.

Cuando nos damos cuenta que el control es el problema, el que deteriora nuestra vida y no el malestar. Cuando estamos dispuestos a sentir todas las emociones, es allí, cuando tenemos una vida natural, equilibrada y feliz. Hablamos de una aceptación activa de las emociones y pensamientos que naturalmente tendemos a evitar.
-no es tolerancia
porque no esperamos que la experiencia cambie,
-no es resignación porque se busca una vida valiosa,  Es activa la aceptación porque después de reconocerla se escogerá simplemente experimentarla o, si procede, cambiarla. En una Vida Feliz existe el dolor inevitable pero no el dolor evitable.

No nos conformamos con el bienestar de tener la necesidades básicas cubiertas, buscamos una vida Feliz llena de significado, que merezca ser vivida cada día, coherentes con nuestra personalidad, estados y habilidades. 

Estamos motivados por la autorealización y la trascendencia. No luchamos por sobrevivir sino que por vivir el misterio de una vida feliz.

3. La práctica integral se realiza con pequeños cambios diarios a largo plazo

Buscamos los cambios a largo plazo, no esperamos cambiar en un trimestre o un año. Aunque nos comprometemos con acciones diarias, las evaluaciones de éxito son a los años. No realizamos prácticas de taller de fin de semana, sino que apostamos por la disciplina de la práctica constante durante años.
Arthur Clarke ha señalado que tendemos a darle mas valor a lo que podemos hacer en el futuro cercano y no valoramos los enormes cambios que se puede hacer en un futuro lejano. Esto se debe a que la imaginación humana extrapola en línea recta, mientras que los eventos del mundo real se desarrollan exponencialmente como interés compuesto.

Para crecer y aprender nos enfrentamos en forma dialéctica a nuestras creencias o voces opuestas, que funcionan como tesis y antítesis para luego llegar a una síntesis que las incluye y las supera.  
Realizamos “crecimientos encadenados” donde los niveles más altos se sustentan en los inferiores y sería imposible su existencia sin ellos. Aunque tenemos un nivel predominante, nos podemos comportar, cuando la ocasión lo requiera, con acciones de niveles inferiores. 

4. Para mantenernos constantes en la práctica Integral se necesita un entorno apropiado, reforzamiento y apoyo grupal

La adquisición de nuevos hábitos es lo que nos hace crecer y evolucionar. Para ello en ocasiones hay que incorporar experiencias a corto plazo no agradables pero que a largo plazo nos acercarán a nuestros valores. Para ello es necesario trabajar en:
-Los cuadrantes exteriores haciendo arreglos en el entorno para que facilite y premie la conducta
-Los cuadrantes interiores fortaleciendo “musculo” de la persistencia basado en la seguridad, pertenencia y autoestima.
-Los cuadrantes colectivos, recibiendo el apoyo de una comunidad de practicantes que se encuentran en nuestro mismo camino, así creamos los grupos de desarrollo. Somos una extensa comunidad de practicantes, que se mantienen en contacto y se apoyan en la experiencia de la “Práctica Integral para una Vida Feliz”

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